Hace 27 años, un domingo en el puerto de Masnou subido a una cama veía por primera vez el Gunter, no podía ni imaginar que aquel barco iba a formar parte de nuestra familia, mirando atrás ha estado presente en nuestra vida día tras día, con todos los amigos que han navegado a lo largo de estos años y todas las regatas en las que ha participado, recuerdo los principios con cariño, trofeo Gunter Scherk quizás el más emotivo y los más divertidos Zegna, campeonatos de Europa en el lago di Garda, y los desplazamientos a Guetaria… y todo ello acompañado con los buenos y malos resultados que llegaban hasta casa.