Javier Scherk empezó a navegar en la barriga de su madre. Sin saber nadar, salía cada fin de semana con la familia desde el Náutico de Vilassar o el Marítimo de Barcelona. Su padre, Gunter Scherk, un alemán apasionado del Mediterráneo, tenía un Dragón y un Vaurien. Mejor que nadie, él supo transmitir su devoción por el mar a su hijo. El miedo y las emociones que Javier pasaba en aquellas primeras travesías se transformaron en auténtica diversión en cuanto aprendió a mantenerse a flote…
Regatista de vela ligera con Modth Europa, 420, 470 y Winsurf hasta los 26 años, su pasión culminó cuando decidió convertirse en armador en 1987 y reunió a su propia tripulación para bautizar a su primer barco “grande”: un First Class 8 llamado Gunter que tuvo durante 21 años. Desde entonces, muchas han sido las embarcaciones que ha tripulado este equipo, Melgues 32, Soto 40, Swan 42 y 56, J80 (el actual), y siempre bajo, exactamente, el mismo nombre: Gunter, sin más, porque para este equipo no hay segundos y porque representa a todos los que navegan en Gunter. ¡Qué se puede sentir el mar en las venas! Además de su nombre, hay otro aspecto que no ha cambiado en estos más de 25 años de historia de Gunter, y que define claramente su espíritu: su fidelidad inquebrantable a los monotipos.